Cómo elegir moldes y colores en hormigón impreso?

Los moldes y colores del hormigón impreso permiten personalizar cada superficie según el estilo deseado. Elegir correctamente estos elementos garantiza un resultado estético y funcional.

¿Qué son los moldes en el hormigón impreso?

Los moldes son piezas que se usan para dar forma al hormigón impreso. Se colocan cuando el hormigón aún está fresco y sirven para crear dibujos en la superficie.

Gracias a los moldes, el suelo puede parecer de piedra, ladrillo o madera, aunque en realidad es solo hormigón. Hay muchos modelos de moldes, y cada uno da un estilo diferente. Son clave para que el resultado final se vea bonito y natural.

Tipos de moldes más utilizados

Existen muchos tipos de moldes para hormigón impreso, pero los más usados son los que imitan materiales naturales. Por ejemplo, hay moldes que copian la forma de la piedra irregular, del ladrillo, de la madera o de la pizarra.

El molde de piedra es uno de los más populares, porque da un aspecto rústico y elegante. El de ladrillo es ideal para caminos o entradas, ya que tiene un diseño más ordenado. El de madera se usa cuando se busca un estilo cálido y natural, sin los problemas que da la madera real.

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¿Qué colores se pueden aplicar?

En el hormigón impreso se pueden usar muchos colores, según el estilo que se quiera. Los más comunes son los tonos tierra como gris, marrón, beige o arena, que imitan la piedra o el barro. También se pueden usar colores más vivos como rojo o negro, según el diseño.

El color se aplica con un polvo especial llamado colorante, que se echa sobre el hormigón fresco antes de usar los moldes. Este polvo se mezcla con la parte de arriba del hormigón y le da el color final.

Elegir el color correcto es importante porque cambia por completo el aspecto del suelo. Un buen color puede hacer que el espacio se vea más natural, más moderno o más acogedor.

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Cómo se combinan moldes y colores

Combinar moldes y colores en el hormigón impreso es lo que da personalidad al suelo. El molde define la forma y el relieve, mientras que el color aporta realismo y carácter. Por ejemplo, un molde que imita piedra queda muy bien con tonos como gris plata, marrón nogal o beige crema, que se acercan al aspecto natural de la piedra. Si se utiliza un molde tipo madera, los colores más adecuados son el marrón nogal o el color corcho, que aportan calidez y un efecto visual muy natural.

Lo importante es que el color encaje bien con el tipo de molde y con el entorno donde se aplica. Así se consigue un acabado armónico, atractivo y bien integrado en el espacio.

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