¿Cuáles son los inconvenientes del hormigón impreso?

Los inconvenientes del hormigón impreso hacen que no siempre sea la mejor opción. Con el tiempo, puede desgastarse, agrietarse o volverse resbaladizo cuando está mojado. También es sensible a algunos productos químicos y las reparaciones no son fáciles. Además, su instalación cuesta más que otros pavimentos.

Sin embargo, la mayoría de las alternativas presentan problemas similares. Materiales como el asfalto, el adoquín o la piedra natural también pueden deteriorarse, necesitar mantenimiento y ser costosos de reparar. Por eso, más que evitar el hormigón impreso, lo importante es conocer sus desventajas y saber cómo cuidarlo para que dure más tiempo en buen estado.

Desgaste y mantenimiento

Con el tiempo, el hormigón impreso se desgasta. La lluvia, el sol y el uso diario pueden hacer que los colores se apaguen y que la superficie pierda su protección.

Para que dure más, es importante aplicar un sellador cada pocos años (normalmente entre 2 y 5). Este sellador mantiene el color, evita manchas y protege contra la humedad. Si no se aplica, el hormigón puede volverse más poroso y empezar a agrietarse o ensuciarse más rápido.

También es importante limpiarlo con agua y jabón suave. No es buena idea usar productos fuertes o herramientas abrasivas, porque pueden dañar la superficie.

Si se cuida bien, el hormigón impreso puede durar muchos años en buen estado. Pero si se deja sin mantenimiento, pierde su apariencia y arreglarlo puede ser complicado y caro.

inconvenientes del hormigón impreso
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Fisuras y grietas

El hormigón impreso puede agrietarse con el tiempo. Esto pasa por los cambios de temperatura o porque el suelo debajo se mueve. Si hace calor, el hormigón se expande; si hace frío, se contrae. Si no tiene juntas bien hechas, aparecen grietas.

Otro problema es el suelo mal preparado. Si no está bien compactado, el hormigón se hunde o se rompe. Por eso, es importante que la base sea firme antes de echar el hormigón.

Si las grietas son pequeñas, se pueden sellar. Pero si son grandes, la reparación es difícil porque el color y el diseño pueden quedar diferentes.

Sensibilidad a productos químicos

El hormigón impreso puede dañarse con algunos productos de limpieza. Si usas químicos fuertes, la capa protectora se desgasta y el color se apaga más rápido.

También puede mancharse con aceites, grasas o ácidos. Si el sellador ya está viejo, el hormigón absorbe estos líquidos y las manchas quedan.

Para limpiarlo sin dañarlo, usa solo agua y jabón suave. Y para que dure más, aplica un sellador cada pocos años.

Superficie resbaladiza

Cuando llueve o se moja, este suelo puede volverse peligroso. Esto pasa más en zonas húmedas, cerca de piscinas o en entradas de casas.

Si la textura es muy lisa, hay más riesgo de resbalar. Para evitarlo, se pueden hacer acabados más rugosos o añadir un producto antideslizante en el sellador.

Si ya resbala demasiado, una solución es aplicar un sellador especial. También ayuda mantenerlo limpio, porque el polvo y las algas lo hacen aún más resbaladizo.

Dificultad en reparaciones

Reparar el hormigón impreso no es fácil. Si se daña, no se puede arreglar solo una parte sin que se note la diferencia.

Las grietas o zonas desgastadas pueden quedar con otro color o textura, porque con el tiempo el tono original cambia. Además, si el daño es grande, a veces no hay más opción que rehacer toda la superficie.

Para evitar estos problemas, lo mejor es cuidarlo bien. Aplicar sellador cada pocos años ayuda a mantenerlo protegido y a reducir la necesidad de reparaciones complicadas.

Costo inicial elevado

El hormigón impreso cuesta más al principio que otros pavimentos. La instalación requiere materiales de calidad y mano de obra especializada, lo que aumenta el precio.

Además, no es solo el material. Para que dure, el suelo debe prepararse bien antes de verter el hormigón. Si esto no se hace correctamente, pueden aparecer grietas o hundimientos con el tiempo, lo que haría que los costos suban aún más por futuras reparaciones.

A pesar de la inversión inicial, es una opción duradera. Si se mantiene bien, puede salir más barato a largo plazo que otros suelos que necesitan cambios frecuentes.

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